Primera Aplicación de la Vacuna Contra la Viruela
El 14 de mayo de 1796, el Dr. Eduardo Jenner, médico rural inglés, inoculó a un niño con gotas de la secreción obtenida de una pústula vacuna (viruela de vacas), que obtuvo de la mano de una mujer infectada durante el ordeñe. El primero de julio del año siguiente, al mismo niño, inoculó (vacunó) con pus, pero esta vez procedente de una persona enferma con viruela. El resultado fue que el menor quedó indemne, demostrando su acción profiláctica. Su método se extendió por toda Inglaterra y luego al continente.
Ya en 1801, el profesional vaticinó que con la vacunación, se lograría detener a la viruela, que, en esa época, era considerada la mayor enfermedad mortal que atacaba al humano.
En mayo de 1980, en Suiza, más precisamente en la ciudad de Ginebra, la Organización Mundial de la Salud, declaró que se había logrado erradicar totalmente a la enfermedad, causante de millones de muertes en todo el planeta, cumpliéndose lo soñado por Jenner.
El último caso fue detectado en octubre de 1977 en Somalia, África y en nuestro continente, en Brasil, en abril de 1971.